Retiran el vigilante del centro donde agredieron a cuatro médicos
Quince días después de que un hombre agrediera a cuatro médicos del Centro de salud mental del Polígono Norte y de que se anunciaran medidas para garantizar la tranquilidad de profesionales y usuarios, la situación, lejos de normalizarse ha empeorado, con la retirada de un vigilante el 23 de este mes, un extremo denunciado por el sindicato CSI-F, al que desde el Hospital Virgen Macarena, del que depende el centro, han contestado que sí hay un encargado de la seguridad «volante, aunque localizado».
Según ha explicado el presidente del Sector de Sanidad CSI-F de Sevilla, Fernando Castelló, que ha enviado escritos a la Delegación de Salud y a la Gerencia del Virgen Macarena, después del suceso del 15 de febrero y de incorporarse el vigilante, el día 23, se «dio la orden de la retirada de esta figura», debido, al parecer, «a que tras la colocación de un portero automático y una puerta enrejada de acceso al centro, que permanece cerrada, se entiende que la presencia de esta figura no es necesaria».
El sindicato entiende que «no se han tomado las medidas correctoras oportunas que garanticen la seguridad» porque «no se han instalado timbres antipánico, ni cámaras de seguridad». Además, según CSI-F, la cancela y el portero automático, lo único que consigue es incomodidad y cargo de trabajo a la auxiliar administrativa que recibe a los pacientes en el mostrador de la entrada.
Medidas insuficientes Han instalado un portero automático y una puerta enrejada, medidas insuficientes, a juicio del sindicato CSI-F
Abunda el sindicato en que la puerta enrejada «no proporciona más seguridad a los profesionales y usuarios, sino que más bien convierte el centro en un espacio aún más cerrado en caso de emergencia, ya que con el cerramiento electrónico y las barreras físicas implantadas sólo se dificulta ostensiblemente la evacuación en caso de necesidad».
Por ello, han solicitado que coloquen «de inmediato» las medidas que se recogen en la normativa de Prevención de Riesgos Laborales y en el protocolo de agresiones a profesionales, como timbres antipánico en todos los puestos de trabajo, cámaras en espacios comunes y en el exterior y, por supuesto, personal de seguridad física.
Por su parte, el subdirector de Servicios Generales del Virgen Macarena, Javier Soto, ha replicado que, antes de las agresiones, «ya existía y sigue existiendo un vigilante de seguridad localizado y volante, que está pendiente de cualquier aviso que se produzca en el centro» y que, entre las medidas de seguridad que se acordaron con los sindicatos, «entre ellos el propio CSI-F», estaban la instalación de un control de acceso al centro, «que se acciona desde el control de admisión, el cual tiene visibilidad a la puerta de entrada, según E.P.. Explicó también que se decidió proteger la puerta de entrada «con una reja antivandálica para evitar que se entre al centro por la fuerza». Soto puntualizó en cuanto al mantenimiento de un vigilante de seguridad que «lo que se acordó fue que estuviese presente de 8 a 15 horas mientras se terminaban las medidas de seguridad de sistemas antes mencionadas».
A juicio de Soto, detrás del «descontento» que están mostrando los trabajadores de este centro y los sindicato está su reivindicación del traslado al centro de salud de El Alamillo. «Creo que en el fondo las protestas como la de que con la reja que hemos puesto ahora sólo se dificulta la evacuación del centro, según sostiene CSI-F, responden a que quieren ese traslado ya», afirmó Soto, quien anunció que está previsto que «en el plazo de un mes» pueda llevarse a cabo este traslado.
http://www.abcdesevilla.es/
Quince días después de que un hombre agrediera a cuatro médicos del Centro de salud mental del Polígono Norte y de que se anunciaran medidas para garantizar la tranquilidad de profesionales y usuarios, la situación, lejos de normalizarse ha empeorado, con la retirada de un vigilante el 23 de este mes, un extremo denunciado por el sindicato CSI-F, al que desde el Hospital Virgen Macarena, del que depende el centro, han contestado que sí hay un encargado de la seguridad «volante, aunque localizado».
Según ha explicado el presidente del Sector de Sanidad CSI-F de Sevilla, Fernando Castelló, que ha enviado escritos a la Delegación de Salud y a la Gerencia del Virgen Macarena, después del suceso del 15 de febrero y de incorporarse el vigilante, el día 23, se «dio la orden de la retirada de esta figura», debido, al parecer, «a que tras la colocación de un portero automático y una puerta enrejada de acceso al centro, que permanece cerrada, se entiende que la presencia de esta figura no es necesaria».
El sindicato entiende que «no se han tomado las medidas correctoras oportunas que garanticen la seguridad» porque «no se han instalado timbres antipánico, ni cámaras de seguridad». Además, según CSI-F, la cancela y el portero automático, lo único que consigue es incomodidad y cargo de trabajo a la auxiliar administrativa que recibe a los pacientes en el mostrador de la entrada.
Medidas insuficientes Han instalado un portero automático y una puerta enrejada, medidas insuficientes, a juicio del sindicato CSI-F
Abunda el sindicato en que la puerta enrejada «no proporciona más seguridad a los profesionales y usuarios, sino que más bien convierte el centro en un espacio aún más cerrado en caso de emergencia, ya que con el cerramiento electrónico y las barreras físicas implantadas sólo se dificulta ostensiblemente la evacuación en caso de necesidad».
Por ello, han solicitado que coloquen «de inmediato» las medidas que se recogen en la normativa de Prevención de Riesgos Laborales y en el protocolo de agresiones a profesionales, como timbres antipánico en todos los puestos de trabajo, cámaras en espacios comunes y en el exterior y, por supuesto, personal de seguridad física.
Por su parte, el subdirector de Servicios Generales del Virgen Macarena, Javier Soto, ha replicado que, antes de las agresiones, «ya existía y sigue existiendo un vigilante de seguridad localizado y volante, que está pendiente de cualquier aviso que se produzca en el centro» y que, entre las medidas de seguridad que se acordaron con los sindicatos, «entre ellos el propio CSI-F», estaban la instalación de un control de acceso al centro, «que se acciona desde el control de admisión, el cual tiene visibilidad a la puerta de entrada, según E.P.. Explicó también que se decidió proteger la puerta de entrada «con una reja antivandálica para evitar que se entre al centro por la fuerza». Soto puntualizó en cuanto al mantenimiento de un vigilante de seguridad que «lo que se acordó fue que estuviese presente de 8 a 15 horas mientras se terminaban las medidas de seguridad de sistemas antes mencionadas».
A juicio de Soto, detrás del «descontento» que están mostrando los trabajadores de este centro y los sindicato está su reivindicación del traslado al centro de salud de El Alamillo. «Creo que en el fondo las protestas como la de que con la reja que hemos puesto ahora sólo se dificulta la evacuación del centro, según sostiene CSI-F, responden a que quieren ese traslado ya», afirmó Soto, quien anunció que está previsto que «en el plazo de un mes» pueda llevarse a cabo este traslado.
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