En defensa propia
El incremento es permanente. Muchos apelan a la compra de perros guardianes, a las rejas y a la contratación de vigilantes. Las armas son la opción menos buscada para prevenir los asaltos domiciliarios.
Aunque nadie desde el Estado quiera admitirlo, la actividad delictiva no decrece y los asaltos y robos son cada vez más violentos. Ante la falta de información oficial completa sobre la cantidad de ilícitos que se producen en Córdoba, hay otros parámetros para constatar que la delincuencia sigue en aumento. Si uno se detiene a repasar cuál es la conducta de los cordobeses frente al fenómeno, las encuestas que lleva Policía Judicial no son determinantes para saber dónde estamos parados.
Basta consultar a proveedores de alarmas, rejas, perros guardianes, vigilantes, cerrajeros y aseguradoras, para saber que la seguridad es prioritaria y el ciudadano común gasta importantes sumas de dinero para defenderse de los delincuentes frente a la falta de respuestas, contundentes por parte de la Policía e incluso de la Justicia.
“El tema (inseguridad) está muy calentito y la demanda de alarmas es muy grande. Hay un crecimiento sostenido”, comenta el ingeniero Eduardo Alfredo Guillén, propietario de una conocida empresa de alarmas. Cómo habrá sido el crecimiento de la actividad, que en la actualidad hay 10 empresas autorizadas y otras 17 no autorizadas o “en negro”, y a ninguna le va mal.
“Encima, existe un canibalismo, hasta hay robo de abonados”, denuncia Guillén.
El avance de la delincuencia, acompañado de una audacia y violencia antes nunca vistas, en lo que mucho tiene que ver el imparable comercio de la droga, ha hecho que los proveedores de alarmas apunten a tecnologías de avanzada que permitan tener un contacto inmediato con la Policía a la hora de producirse un delito domiciliario.
Campanas que no repican. “El sistema de las campanas ya no tiene sentido. Los delincuentes ya no retroceden, no le tienen miedo a que suene la alarma si no logran desactivarla porque no hay solidaridad de los vecinos. La gente puede escuchar y sospechar de la presencia de ladrones, pero temen hacer algo por temor a represalias”, sostiene Guillén.
Comenta que lo ideal en materia de alarmas es el sistema monitoreado, por el cual las empresas líderes están conectadas con la central de Policía a través de computadoras en red.
“Hay quienes dicen que están conectados con la central de Policía y lo único que hacen, al activarse la alarma, es llamar al 101, están detrás de todos los pedidos de auxilio de la ciudad, por eso la Policía no llega nunca. La gente se vuelve contra los policías, ignorando que ha sido engañada. Por eso es aconsejable que los interesados en contratar una alarma, primero concurran a la Policía, a Seguridad Bancaria, y consulten cuáles son las autorizadas para funcionar”, explica el experto.
A la hora de hablar de costos, los abonados de un hogar normal (familia tipo) deben pagar entre 1.500 y 1.800 pesos por la adhesión al servicio. Si se trata de una fábrica, un comercio de proporciones, de instalaciones importantes, hay que hablar de entre 5 mil y 6 mil pesos.
En este último caso, si se contrata protección contra incendios (nadie está a salvo de los vándalos o de venganzas de ex empleados o proveedores) el costo trepa sideralmente y se ubica entre los 20 y 30 mil pesos. “Debo reconocer que, entre las autorizadas, una sola firma tiene el 90 por ciento de los abonados y el resto nos repartimos el 10 por ciento. Yo a esto lo hago como hobby y me interesa más la calidad que la cantidad”, asegura Guillén.
Tras las rejas. Al conversar sobre las distintas medidas de seguridad a las que pueden apelar los cordobeses, Guillén defiende las rejas. “Hay una barrera mecánica para impedir asaltos”.
“La familia –precisa– puede cenar con las ventanas abiertas porque hay una barrera mecánica entre ella y los delincuentes. El problema es cuando usted no está. Con un gato hidráulico que cuesta entre 30 y 40 pesos le levantan las rejas”.
¿Cuánto cuesta enrejar el frente de una casa?
El arquitecto Alberto Romero cuenta que una versión económica de un frente de 10 metros oscila entre los 6.000 y 6.500 pesos. “Si el cliente elige una premium, el costo oscilará entre los 9 mil y los 10 mil pesos”.
Podría decirse que los herreros son un espécimen en extinción, por eso las firmas del ramo “aguantan” a quienes faltan porque se les da la gana o cuentan problemas increíbles.
En materia de rejas, los herreros de barrio no dan a basto y encima son incumplidores. Les puede “llover” el trabajo y si son honestos, las rejas pueden tardar meses en ser instaladas.
Nadie cobra menos del 50 por ciento por adelantado por la mano de obra y hay personas que se han quedado con el material herrumbrado en el jardín de su casa porque el herrero desapareció.
Otra de las alternativas de defensa ante la delincuencia son los perros guardianes. El ingeniero Guillén opina que es una opción “peligrosa” porque en determinadas ocasiones los perros de razas “difíciles” se vuelven contra sus propios dueños o vecinos.
En parte, la idea es compartida por el veterinario Luis Galletto. El profesional, que preside el Club de los Ovejeros Alemanes y tiene un criadero de esa raza, está convencido de que el comúnmente llamado “perro de policía” es el mejor guardián de una casa.
Apuesta al ovejero alemán y al boxer porque aunque otras razas estén de moda pueden representar un riesgo para la integridad física de sus amos, son las dos adaptables a la función de “guardián y de compañía”.
Galletto aconseja que esos perros deben comprarse cuando tienen entre 60 y 90 días. “Después del destete tienen que ir al lugar donde será su habitat. Reconocer su futuro hogar, adaptarse. Recién entre los 8 y 10 meses de vida tienen que ser adiestrados como guardianes”. explica.
El valor de un amigo fiel. –¿Y cuánto cuesta tener un perro que ponga en fuga a los ladrones?
–Los cachorros de ovejero alemán o boxer, con papeles y seguro sanitario por 40 días, rondan los 1.500 pesos. El adiestramiento tiene un costo que varía entre los 300 y 450 pesos por mes. En un criadero de mi propiedad, el adiestrador cobra 300 pesos por mes más el alimento. Si el animal tiene buenos antecedentes (sin problema de cadera, codos, dientes que se caen, no es agresivo ni demasiado tranquilo), el adiestramiento demanda unos tres meses”.
Los veterinarios en general aconsejan comprar mascotas con papeles y están contra el comercio descontrolado que existe en distintos puntos de la ciudad, en especial en la rotonda del híper de Rodríguez del Busto, donde los cachorros de ovejero alemán se venden a 500 pesos.
“Es preferible pagar un poco más y evitar que la mascota se muera a los pocos días o que tenga parásitos y contagie a los chicos y grandes de una familia”, opina Galletto.
Otras alternativas. Ante la “pasividad” policial hay quienes apelan a empresas privadas de seguridad o de “vigilantes” ilegales.
En ese ámbito hay un verdadero ejército armado con miles de personas que portan armas, con o sin autorización. Desde el Estado nadie dice nada, no hay persecución de los guardias “truchos”.
¿Y por qué no se persigue esa actividad ilegal? Es obvio: cubre, reemplaza o tapa las falencias de la Policía.
La tarifa de “protección” en este rubro oscila entre los 70 y 150 pesos por mes, según se trate de adicionales de la Policía, empresas autorizadas o guardianes, quienes se calzaron un arma en la cintura y salieron a hacer seguridad para ganarse la vida.
En cuanto a compañías de seguro, la cobertura por robo de electrodomésticos, computadoras, filmadoras o máquinas fotográficas, excluyendo dinero y joyas, ronda los 100 pesos. Puede ser más o menos, de acuerdo a las medidas de seguridad que tenga la casa.
Por último, hay otro rubro que en gran parte subsiste gracias a la delincuencia: los cerrajeros.
La venta de cadenas, candados y cerraduras siempre tiene una renta gracias a los delitos contra la propiedad. ¿Cuántas veces uno busca el cerrajero del barrio y no está porque fue a hacer un trabajo a domicilio?
“En materia de delincuencia tenemos una entrada asegurada con los arrebatos. No hay tantos pedidos por robos domiciliarios, pero hay mucha clientela de mujeres que sufrieron un arrebato y quieren cambiar las llaves, la combinación o la cerradura”, explica Juan, cerrajero de barrio San Vicente.
El hombre dice que no se puede hablar de un precio estándar. “Todo depende del estado de la cerradura, de la combinación, puede costar 30, 50 u 80 pesos, habría que ver el problema en particular”.
A la hora de sumar, ¿cuánto nos cuesta estar protegidos?
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/defensa-propia
El incremento es permanente. Muchos apelan a la compra de perros guardianes, a las rejas y a la contratación de vigilantes. Las armas son la opción menos buscada para prevenir los asaltos domiciliarios.
Aunque nadie desde el Estado quiera admitirlo, la actividad delictiva no decrece y los asaltos y robos son cada vez más violentos. Ante la falta de información oficial completa sobre la cantidad de ilícitos que se producen en Córdoba, hay otros parámetros para constatar que la delincuencia sigue en aumento. Si uno se detiene a repasar cuál es la conducta de los cordobeses frente al fenómeno, las encuestas que lleva Policía Judicial no son determinantes para saber dónde estamos parados.
Basta consultar a proveedores de alarmas, rejas, perros guardianes, vigilantes, cerrajeros y aseguradoras, para saber que la seguridad es prioritaria y el ciudadano común gasta importantes sumas de dinero para defenderse de los delincuentes frente a la falta de respuestas, contundentes por parte de la Policía e incluso de la Justicia.
“El tema (inseguridad) está muy calentito y la demanda de alarmas es muy grande. Hay un crecimiento sostenido”, comenta el ingeniero Eduardo Alfredo Guillén, propietario de una conocida empresa de alarmas. Cómo habrá sido el crecimiento de la actividad, que en la actualidad hay 10 empresas autorizadas y otras 17 no autorizadas o “en negro”, y a ninguna le va mal.
“Encima, existe un canibalismo, hasta hay robo de abonados”, denuncia Guillén.
El avance de la delincuencia, acompañado de una audacia y violencia antes nunca vistas, en lo que mucho tiene que ver el imparable comercio de la droga, ha hecho que los proveedores de alarmas apunten a tecnologías de avanzada que permitan tener un contacto inmediato con la Policía a la hora de producirse un delito domiciliario.
Campanas que no repican. “El sistema de las campanas ya no tiene sentido. Los delincuentes ya no retroceden, no le tienen miedo a que suene la alarma si no logran desactivarla porque no hay solidaridad de los vecinos. La gente puede escuchar y sospechar de la presencia de ladrones, pero temen hacer algo por temor a represalias”, sostiene Guillén.
Comenta que lo ideal en materia de alarmas es el sistema monitoreado, por el cual las empresas líderes están conectadas con la central de Policía a través de computadoras en red.
“Hay quienes dicen que están conectados con la central de Policía y lo único que hacen, al activarse la alarma, es llamar al 101, están detrás de todos los pedidos de auxilio de la ciudad, por eso la Policía no llega nunca. La gente se vuelve contra los policías, ignorando que ha sido engañada. Por eso es aconsejable que los interesados en contratar una alarma, primero concurran a la Policía, a Seguridad Bancaria, y consulten cuáles son las autorizadas para funcionar”, explica el experto.
A la hora de hablar de costos, los abonados de un hogar normal (familia tipo) deben pagar entre 1.500 y 1.800 pesos por la adhesión al servicio. Si se trata de una fábrica, un comercio de proporciones, de instalaciones importantes, hay que hablar de entre 5 mil y 6 mil pesos.
En este último caso, si se contrata protección contra incendios (nadie está a salvo de los vándalos o de venganzas de ex empleados o proveedores) el costo trepa sideralmente y se ubica entre los 20 y 30 mil pesos. “Debo reconocer que, entre las autorizadas, una sola firma tiene el 90 por ciento de los abonados y el resto nos repartimos el 10 por ciento. Yo a esto lo hago como hobby y me interesa más la calidad que la cantidad”, asegura Guillén.
Tras las rejas. Al conversar sobre las distintas medidas de seguridad a las que pueden apelar los cordobeses, Guillén defiende las rejas. “Hay una barrera mecánica para impedir asaltos”.
“La familia –precisa– puede cenar con las ventanas abiertas porque hay una barrera mecánica entre ella y los delincuentes. El problema es cuando usted no está. Con un gato hidráulico que cuesta entre 30 y 40 pesos le levantan las rejas”.
¿Cuánto cuesta enrejar el frente de una casa?
El arquitecto Alberto Romero cuenta que una versión económica de un frente de 10 metros oscila entre los 6.000 y 6.500 pesos. “Si el cliente elige una premium, el costo oscilará entre los 9 mil y los 10 mil pesos”.
Podría decirse que los herreros son un espécimen en extinción, por eso las firmas del ramo “aguantan” a quienes faltan porque se les da la gana o cuentan problemas increíbles.
En materia de rejas, los herreros de barrio no dan a basto y encima son incumplidores. Les puede “llover” el trabajo y si son honestos, las rejas pueden tardar meses en ser instaladas.
Nadie cobra menos del 50 por ciento por adelantado por la mano de obra y hay personas que se han quedado con el material herrumbrado en el jardín de su casa porque el herrero desapareció.
Otra de las alternativas de defensa ante la delincuencia son los perros guardianes. El ingeniero Guillén opina que es una opción “peligrosa” porque en determinadas ocasiones los perros de razas “difíciles” se vuelven contra sus propios dueños o vecinos.
En parte, la idea es compartida por el veterinario Luis Galletto. El profesional, que preside el Club de los Ovejeros Alemanes y tiene un criadero de esa raza, está convencido de que el comúnmente llamado “perro de policía” es el mejor guardián de una casa.
Apuesta al ovejero alemán y al boxer porque aunque otras razas estén de moda pueden representar un riesgo para la integridad física de sus amos, son las dos adaptables a la función de “guardián y de compañía”.
Galletto aconseja que esos perros deben comprarse cuando tienen entre 60 y 90 días. “Después del destete tienen que ir al lugar donde será su habitat. Reconocer su futuro hogar, adaptarse. Recién entre los 8 y 10 meses de vida tienen que ser adiestrados como guardianes”. explica.
El valor de un amigo fiel. –¿Y cuánto cuesta tener un perro que ponga en fuga a los ladrones?
–Los cachorros de ovejero alemán o boxer, con papeles y seguro sanitario por 40 días, rondan los 1.500 pesos. El adiestramiento tiene un costo que varía entre los 300 y 450 pesos por mes. En un criadero de mi propiedad, el adiestrador cobra 300 pesos por mes más el alimento. Si el animal tiene buenos antecedentes (sin problema de cadera, codos, dientes que se caen, no es agresivo ni demasiado tranquilo), el adiestramiento demanda unos tres meses”.
Los veterinarios en general aconsejan comprar mascotas con papeles y están contra el comercio descontrolado que existe en distintos puntos de la ciudad, en especial en la rotonda del híper de Rodríguez del Busto, donde los cachorros de ovejero alemán se venden a 500 pesos.
“Es preferible pagar un poco más y evitar que la mascota se muera a los pocos días o que tenga parásitos y contagie a los chicos y grandes de una familia”, opina Galletto.
Otras alternativas. Ante la “pasividad” policial hay quienes apelan a empresas privadas de seguridad o de “vigilantes” ilegales.
En ese ámbito hay un verdadero ejército armado con miles de personas que portan armas, con o sin autorización. Desde el Estado nadie dice nada, no hay persecución de los guardias “truchos”.
¿Y por qué no se persigue esa actividad ilegal? Es obvio: cubre, reemplaza o tapa las falencias de la Policía.
La tarifa de “protección” en este rubro oscila entre los 70 y 150 pesos por mes, según se trate de adicionales de la Policía, empresas autorizadas o guardianes, quienes se calzaron un arma en la cintura y salieron a hacer seguridad para ganarse la vida.
En cuanto a compañías de seguro, la cobertura por robo de electrodomésticos, computadoras, filmadoras o máquinas fotográficas, excluyendo dinero y joyas, ronda los 100 pesos. Puede ser más o menos, de acuerdo a las medidas de seguridad que tenga la casa.
Por último, hay otro rubro que en gran parte subsiste gracias a la delincuencia: los cerrajeros.
La venta de cadenas, candados y cerraduras siempre tiene una renta gracias a los delitos contra la propiedad. ¿Cuántas veces uno busca el cerrajero del barrio y no está porque fue a hacer un trabajo a domicilio?
“En materia de delincuencia tenemos una entrada asegurada con los arrebatos. No hay tantos pedidos por robos domiciliarios, pero hay mucha clientela de mujeres que sufrieron un arrebato y quieren cambiar las llaves, la combinación o la cerradura”, explica Juan, cerrajero de barrio San Vicente.
El hombre dice que no se puede hablar de un precio estándar. “Todo depende del estado de la cerradura, de la combinación, puede costar 30, 50 u 80 pesos, habría que ver el problema en particular”.
A la hora de sumar, ¿cuánto nos cuesta estar protegidos?
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