Males de interés cultural en Granada
El trabajo de análisis que está llevando a cabo la Fiscalía Superior sobre las pintadas ha sacado a la luz un problema que a nadie parece importarle. La impunidad con la que se mueven estos grafiteros dibuja un panorama poco halagüeño en la lucha contra los grafitis que dañan el patrimonio cultural. Valga un dato como prueba: actualmente, el 65% de los Bienes de Interés Cultural (BIC) de la capital luce pintadas, un 75% de ellos si se excluyen los que están dentro de viviendas o son inaccesibles. La situación, lejos de haber mejorado, ha llegado a «proporciones desmesuradas», como admite en su informe anual la Unidad de Policía Judicial Adscrita a la Fiscalía Superior.
Este grupo de agentes policiales tiene encomendadas entre sus tareas la coordinación y el seguimiento de las diligencias que lleven sobre este asunto las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y llama la atención que durante todo 2010 no recibieran más que tres denuncias por estos hechos, referentes a la Ermita de San Miguel Alto, Colegio de la Música y la Biblioteca Pública Municipal del Paseo del Salón. Sólo tres denuncias teniendo en cuenta que 24 BIC volvieron a sufrir pintadas durante 2010. Y que 48 seguían luciendo grafitis frente a los 50 del año 2009.
Más agresiones
Esta falta de implicación de particulares e instituciones supone para el grupo policial un fracaso en cuanto que no se han conseguido los objetivos y se han mantenido «o incluso aumentado los niveles de agresiones a BIC». Desde esta unidad policial explican que las denuncias pueden provenir del titular del edificio o de ciudadanos que observen alguna pintada o vean a algún grafitero en acción.
Durante el último año, los agentes policiales que trabajan para la Fiscalía han visitado los 74 BIC que hay en la capital y han constatado que la presencia de medidas de seguridad 'espanta' a los grafiteros. Aquellos inmuebles catalogados que cuentan con cámaras de seguridad o vigilantes, no sufren el 'ataque' de los vándalos, ni siquiera aunque estén cerca de zonas donde habitualmente se pinta. En su informe, la unidad policial destaca que más de la mitad de los bienes son de propiedad particular -41 de 75- lo que dificultaría la presencia de personal de seguridad, que proponen que se suplante por «cámaras de vigilancia financiadas por las instituciones públicas». Esto permitiría tener constancia de las agresiones y se convertiría en el primer eslabón de la investigación policial.
Una de las peticiones de la unidad policial es que se controlen los edificios catalogados cuando se celebren manifestaciones, concentraciones o actos de protesta. Y es que los agentes han comprobado que en esos días es cuando más agresiones de este tipo sufre el patrimonio. Citan como ejemplo la pasada huelga general del 29 de septiembre, cuando se identificó a una persona mezclada con la manifestación en Gran Vía, que se dedicaba a hacer pintadas alusivas a «reivindicaciones, cuestiones culturales y morales». La Fiscalía Superior abrió diligencias de investigación que remitió a la Fiscalía Provincial, organismo que presentó denuncia al Juzgado de Instrucción Decano de Granada. También se detuvo al presunto autor de los grafitis realizados en la Ermita de San Miguel Alto, dentro de la muralla del Albaicín.
Manifestaciones
En el informe anual, recogen también la que consideran la mayor agresión durante el 2010, una pintada de 20 metros de largo en la fachada de la Catedral, contra la que también estrellaron botes de pintura roja en las manifestaciones del 20 de noviembre. Por este hecho, funcionarios del grupo se entrevistaron con la Curia, cuyos responsables anunciaron que denunciarían los hechos, algo que no ha ocurrido.
El informe anual de esta unidad policial contempla también que ha habido dos BIC que se han limpiado de pintadas, aunque con un resultado poco satisfactorio. Y es que el tratamiento que se da para eliminar pintadas «se entiende que no es el adecuado y no está supervisado por la delegación de Cultura», ya que daña el material, como ocurrió en San Jerónimo o en la Iglesia de Santa Magdalena.
http://www.ideal.es/
El trabajo de análisis que está llevando a cabo la Fiscalía Superior sobre las pintadas ha sacado a la luz un problema que a nadie parece importarle. La impunidad con la que se mueven estos grafiteros dibuja un panorama poco halagüeño en la lucha contra los grafitis que dañan el patrimonio cultural. Valga un dato como prueba: actualmente, el 65% de los Bienes de Interés Cultural (BIC) de la capital luce pintadas, un 75% de ellos si se excluyen los que están dentro de viviendas o son inaccesibles. La situación, lejos de haber mejorado, ha llegado a «proporciones desmesuradas», como admite en su informe anual la Unidad de Policía Judicial Adscrita a la Fiscalía Superior.
Este grupo de agentes policiales tiene encomendadas entre sus tareas la coordinación y el seguimiento de las diligencias que lleven sobre este asunto las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y llama la atención que durante todo 2010 no recibieran más que tres denuncias por estos hechos, referentes a la Ermita de San Miguel Alto, Colegio de la Música y la Biblioteca Pública Municipal del Paseo del Salón. Sólo tres denuncias teniendo en cuenta que 24 BIC volvieron a sufrir pintadas durante 2010. Y que 48 seguían luciendo grafitis frente a los 50 del año 2009.
Más agresiones
Esta falta de implicación de particulares e instituciones supone para el grupo policial un fracaso en cuanto que no se han conseguido los objetivos y se han mantenido «o incluso aumentado los niveles de agresiones a BIC». Desde esta unidad policial explican que las denuncias pueden provenir del titular del edificio o de ciudadanos que observen alguna pintada o vean a algún grafitero en acción.
Durante el último año, los agentes policiales que trabajan para la Fiscalía han visitado los 74 BIC que hay en la capital y han constatado que la presencia de medidas de seguridad 'espanta' a los grafiteros. Aquellos inmuebles catalogados que cuentan con cámaras de seguridad o vigilantes, no sufren el 'ataque' de los vándalos, ni siquiera aunque estén cerca de zonas donde habitualmente se pinta. En su informe, la unidad policial destaca que más de la mitad de los bienes son de propiedad particular -41 de 75- lo que dificultaría la presencia de personal de seguridad, que proponen que se suplante por «cámaras de vigilancia financiadas por las instituciones públicas». Esto permitiría tener constancia de las agresiones y se convertiría en el primer eslabón de la investigación policial.
Una de las peticiones de la unidad policial es que se controlen los edificios catalogados cuando se celebren manifestaciones, concentraciones o actos de protesta. Y es que los agentes han comprobado que en esos días es cuando más agresiones de este tipo sufre el patrimonio. Citan como ejemplo la pasada huelga general del 29 de septiembre, cuando se identificó a una persona mezclada con la manifestación en Gran Vía, que se dedicaba a hacer pintadas alusivas a «reivindicaciones, cuestiones culturales y morales». La Fiscalía Superior abrió diligencias de investigación que remitió a la Fiscalía Provincial, organismo que presentó denuncia al Juzgado de Instrucción Decano de Granada. También se detuvo al presunto autor de los grafitis realizados en la Ermita de San Miguel Alto, dentro de la muralla del Albaicín.
Manifestaciones
En el informe anual, recogen también la que consideran la mayor agresión durante el 2010, una pintada de 20 metros de largo en la fachada de la Catedral, contra la que también estrellaron botes de pintura roja en las manifestaciones del 20 de noviembre. Por este hecho, funcionarios del grupo se entrevistaron con la Curia, cuyos responsables anunciaron que denunciarían los hechos, algo que no ha ocurrido.
El informe anual de esta unidad policial contempla también que ha habido dos BIC que se han limpiado de pintadas, aunque con un resultado poco satisfactorio. Y es que el tratamiento que se da para eliminar pintadas «se entiende que no es el adecuado y no está supervisado por la delegación de Cultura», ya que daña el material, como ocurrió en San Jerónimo o en la Iglesia de Santa Magdalena.
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