Un perro, tiroteado por segunda vez en seis meses en el balcón de su casa
Al animal le dispararon en julio en el lomo y el miércoles pasado recibió un impacto en una pata | Los propietarios dicen que renunciaron a poner sendas denuncias porque la policía les dijo que no se investigarían | Los mossos lo niegan y lo atribuyen a un malentendido
El perro Pancho, con una de sus propietarias, en el balcón del domicilio de Sant Gervasi donde ya ha sido tiroteado dos veces.
El 25 de julio pasado, domingo, pasadas las cinco de la tarde, Pancho salió a jugar al balcón y al momento volvió a entrar en el salón, renqueante, quejándose y dejando un pequeño rastro de sangre. Pancho tiene 12 años y aunque tiene rasgos de pastor belga, no es de raza, aclara su propietaria, Conchita Villamore. Conchita y una de sus hijas llevaron al perro al veterinario esa misma tarde, pensando que se habría clavado algo, y fue el especialista quien les dijo que la herida se la había causado un proyectil que le entró por la parte alta del lomo, casi a la altura del cuello, y que no le agujereó el pulmón por dos centímetros. ''Un vecino cazador nos dijo que se trataba de un perdigón más grande de lo normal, que se usa para cazar conejos'', cuenta Villamore.
El pasado martes, seis meses después, la historia se repitió. ''Estaba en casa con el perro y dos de mis nietas'', explica, y el animal entró cojeando tras salir al balcón. Le habían vuelto a disparar. Esta vez era en una de las patas.
Hasta aquí la historia es inquietante. Pero a la inquietud se le añadió el desconcierto cuando los dueños del perro quisieron poner sendas denuncias, y las dos veces acabaron sin hacerlo disuadidos por los agentes que les atendieron.
La primera vez fue Villamore, vecina de Sant Gervasi, quien acudió a la comisaría de la calle Iradier. Pero desistió cuando le informaron de que si no ponía la denuncia contra alguien en concreto, si no acusaba a nadie con nombre y apellidos, no se iniciaría ninguna investigación, según relata ella misma. Visto lo visto, y tratándose de un hecho aislado, la mujer lo dejó correr. La segunda vez, fue una de sus hijas, Montse Pedrós, quien contactó con los Mossos d’Esquadra, esta vez por teléfono, y según cuenta le dijeron lo mismo: que hay un vacío legal y que sin un nombre contra quien actuar, no se haría ninguna gestión.
Pedrós recuerda que a su madre la habían denunciado dos veces, hace dos y cuatro veranos. Algún vecino al que le debía de molestar el perro, y que denunció que lo tenían abandonado todo el verano en el balcón. Falso, aseguran madre e hija. Los mossos acudieron las dos veces al domicilio de Villamore, y las dos veces la cosa quedó en nada, tras comprobar los agentes que todo estaba en regla, asegura Pedrós, que ha contado el caso en RAC1 y después ha atendido a La Vanguardia.es. La mujer desliza la posibilidad de que quien les denunció pudiera ser el tirador. “Al menos, podrían mirarlo, tendrían por dónde empezar”, dice. Pero tampoco se puede, según le han dicho, y a ella no le han facilitado tampoco la identidad del denunciante. Eso sólo pasa cuando el asunto llega a los juzgados.
Ahora, los propietarios de Pancho buscan un nombre, porque aparte de la agresión al perro, está la inquietud que provoca saber que quizá al otro lado de la calle vive alguien que no tiene ningún empacho en disparar contra tu balcón. “¿O tenemos que esperar a que hiera a alguno de los críos cuando esté jugando con el perro?”, se pregunta Pedrós. Eso sí, lo que no hará es ir puerta por puerta preguntando si alguien sabe algo. “No es plan de acabar encontrándote cara a cara con alguien que dispara a los balcones”, razona. Pero sí espera que si alguien sabe algo, se ponga en contacto con ella. Busca una pista, dice, aunque insiste en que eso debería ser trabajo policial. ¿Debería? “Si denuncias un robo, aunque no sepas quién es el ladrón, hay una investigación”, ejemplifica. Pero ella misma apunta una posibilidad: “Quizá en caso de agresiones a animales sea diferente”.
Pero eso no es más que una especulación sin fundamento. Porque, en el caso de una agresión a un animal, el asunto podría ser una falta de daños o un delito, según precisa el letrado Oriol Rosca, miembro del la sección de derecho penal del Col·legi d'Advocats de Barcelona, consultado por este diario, "y cualquier posible delito se tiene que investigar". La policía también asegura que todas las denuncias se tienen que investigar. Según un portavoz de Mossos, tiene que tratarse de un malentendido. “No es posible que se le diga a un denunciante que si no pone un nombre no se hará ninguna gestión, porque eso no es así. Lo que se le diría es que sin más datos, poca cosa se podría hacer, que es diferente”, especula. Y además, tratándose de disparos efectuados contra una vivienda -porque el animal fue herido en el balcón, es decir, dentro de la vivienda-, “se habría investigado a fondo”, asegura la misma fuente.
Lo que, aun asumiendo que se haya tratado de un malentendido, no sabe explicar el portavoz es cómo es posible que en dos ocasiones, dos personas diferentes que acuden a la policía decididas a interponer una denuncia, tras ser atendidas una en la comisaría y otra telefónicamente, desistan de hacerlo, persuadidas de que no merece la pena.
http://www.lavanguardia.es/sucesos/20110121/54103756182/un-perro-tiroteado-por-segunda-vez-en-seis-meses-en-el-balcon-de-su-casa.html
Al animal le dispararon en julio en el lomo y el miércoles pasado recibió un impacto en una pata | Los propietarios dicen que renunciaron a poner sendas denuncias porque la policía les dijo que no se investigarían | Los mossos lo niegan y lo atribuyen a un malentendido
El perro Pancho, con una de sus propietarias, en el balcón del domicilio de Sant Gervasi donde ya ha sido tiroteado dos veces.
El 25 de julio pasado, domingo, pasadas las cinco de la tarde, Pancho salió a jugar al balcón y al momento volvió a entrar en el salón, renqueante, quejándose y dejando un pequeño rastro de sangre. Pancho tiene 12 años y aunque tiene rasgos de pastor belga, no es de raza, aclara su propietaria, Conchita Villamore. Conchita y una de sus hijas llevaron al perro al veterinario esa misma tarde, pensando que se habría clavado algo, y fue el especialista quien les dijo que la herida se la había causado un proyectil que le entró por la parte alta del lomo, casi a la altura del cuello, y que no le agujereó el pulmón por dos centímetros. ''Un vecino cazador nos dijo que se trataba de un perdigón más grande de lo normal, que se usa para cazar conejos'', cuenta Villamore.
El pasado martes, seis meses después, la historia se repitió. ''Estaba en casa con el perro y dos de mis nietas'', explica, y el animal entró cojeando tras salir al balcón. Le habían vuelto a disparar. Esta vez era en una de las patas.
Hasta aquí la historia es inquietante. Pero a la inquietud se le añadió el desconcierto cuando los dueños del perro quisieron poner sendas denuncias, y las dos veces acabaron sin hacerlo disuadidos por los agentes que les atendieron.
La primera vez fue Villamore, vecina de Sant Gervasi, quien acudió a la comisaría de la calle Iradier. Pero desistió cuando le informaron de que si no ponía la denuncia contra alguien en concreto, si no acusaba a nadie con nombre y apellidos, no se iniciaría ninguna investigación, según relata ella misma. Visto lo visto, y tratándose de un hecho aislado, la mujer lo dejó correr. La segunda vez, fue una de sus hijas, Montse Pedrós, quien contactó con los Mossos d’Esquadra, esta vez por teléfono, y según cuenta le dijeron lo mismo: que hay un vacío legal y que sin un nombre contra quien actuar, no se haría ninguna gestión.
Pedrós recuerda que a su madre la habían denunciado dos veces, hace dos y cuatro veranos. Algún vecino al que le debía de molestar el perro, y que denunció que lo tenían abandonado todo el verano en el balcón. Falso, aseguran madre e hija. Los mossos acudieron las dos veces al domicilio de Villamore, y las dos veces la cosa quedó en nada, tras comprobar los agentes que todo estaba en regla, asegura Pedrós, que ha contado el caso en RAC1 y después ha atendido a La Vanguardia.es. La mujer desliza la posibilidad de que quien les denunció pudiera ser el tirador. “Al menos, podrían mirarlo, tendrían por dónde empezar”, dice. Pero tampoco se puede, según le han dicho, y a ella no le han facilitado tampoco la identidad del denunciante. Eso sólo pasa cuando el asunto llega a los juzgados.
Ahora, los propietarios de Pancho buscan un nombre, porque aparte de la agresión al perro, está la inquietud que provoca saber que quizá al otro lado de la calle vive alguien que no tiene ningún empacho en disparar contra tu balcón. “¿O tenemos que esperar a que hiera a alguno de los críos cuando esté jugando con el perro?”, se pregunta Pedrós. Eso sí, lo que no hará es ir puerta por puerta preguntando si alguien sabe algo. “No es plan de acabar encontrándote cara a cara con alguien que dispara a los balcones”, razona. Pero sí espera que si alguien sabe algo, se ponga en contacto con ella. Busca una pista, dice, aunque insiste en que eso debería ser trabajo policial. ¿Debería? “Si denuncias un robo, aunque no sepas quién es el ladrón, hay una investigación”, ejemplifica. Pero ella misma apunta una posibilidad: “Quizá en caso de agresiones a animales sea diferente”.
Pero eso no es más que una especulación sin fundamento. Porque, en el caso de una agresión a un animal, el asunto podría ser una falta de daños o un delito, según precisa el letrado Oriol Rosca, miembro del la sección de derecho penal del Col·legi d'Advocats de Barcelona, consultado por este diario, "y cualquier posible delito se tiene que investigar". La policía también asegura que todas las denuncias se tienen que investigar. Según un portavoz de Mossos, tiene que tratarse de un malentendido. “No es posible que se le diga a un denunciante que si no pone un nombre no se hará ninguna gestión, porque eso no es así. Lo que se le diría es que sin más datos, poca cosa se podría hacer, que es diferente”, especula. Y además, tratándose de disparos efectuados contra una vivienda -porque el animal fue herido en el balcón, es decir, dentro de la vivienda-, “se habría investigado a fondo”, asegura la misma fuente.
Lo que, aun asumiendo que se haya tratado de un malentendido, no sabe explicar el portavoz es cómo es posible que en dos ocasiones, dos personas diferentes que acuden a la policía decididas a interponer una denuncia, tras ser atendidas una en la comisaría y otra telefónicamente, desistan de hacerlo, persuadidas de que no merece la pena.
http://www.lavanguardia.es/sucesos/20110121/54103756182/un-perro-tiroteado-por-segunda-vez-en-seis-meses-en-el-balcon-de-su-casa.html