La entrada en vigor de la nueva Ley Antitabaco sigue generando problemas de orden público que en algunos casos adquieren tintes de mucha gravedad. Ayer en Toledo fue necesaria la intervención de la Policía tras producirse una fuerte pelea entre varias personas en un establecimiento hostelero de la capital regional.
Ocurrió a primera hora del Día de Reyes (el 6 de enero) en un conocido restaurante de Toledo, Venta La Olivilla, situado en la carretera de La Puebla y muy frecuentado en determinados días festivos por aquellos que todavía se resisten a irse a dormir tras pasar la noche divirtiéndose en los bares de la ciudad.
Fue uno de estos grupos de noctámbulos, compuesto por cuatro individuos, el que la lió en La Olivilla mientras Toledo se despertaba pensando en magos y regalos. Según testigos presenciales, el dueño del restaurante llamó la atención de dichos individuos porque estaban fumando en el local, invitándoles a apagar los cigarrillos, haciendo caso omiso a la petición. Volvió a pedírselo por segunda vez y obtuvo la misma rspuesta. A la tercera, y visto que las cosas empezaban a ponerse complicadas, el propietario le exigió a uno de ellos que se marchara del bar y que no volviera nunca.
Justo en ese momento, otro de los individuos se acercó al hostelero por detrás y le arreó un fuerte puñetazo en la cara, quedando aturdido y sorprendido por la violenta reacción. Inmediatamente, tres clientes del bar amigos del propietario reaccionaron y le propinaron una paliza al individuo que había atacado primero, produciéndole heridas en la mano y en la cara.
La intervención de la Policía Nacional, que desplegó un fuerte dispositivo en la inmediaciones del restaurante, impidió que la situación fuera a más.
El propietario de La Olivilla, que en ningún momento participó en la pelea después de recibir el puñetazo, cree que este tipo de situaciones pueden repetirse en su bar o en otros ya que algunos clientes, sobre todo como el caso que nos ocupa, en el que los individuos protagonistas mostraban evidentes signos de haber bebido bastante, se resisten a cumplir la normativa contra el tabaco, se ponen chulos y terminan teniendo una excusa para armar bronca.
http://www.eldigitalcastillalamancha.es/articulo.asp?idarticulo=83243
Ocurrió a primera hora del Día de Reyes (el 6 de enero) en un conocido restaurante de Toledo, Venta La Olivilla, situado en la carretera de La Puebla y muy frecuentado en determinados días festivos por aquellos que todavía se resisten a irse a dormir tras pasar la noche divirtiéndose en los bares de la ciudad.
Fue uno de estos grupos de noctámbulos, compuesto por cuatro individuos, el que la lió en La Olivilla mientras Toledo se despertaba pensando en magos y regalos. Según testigos presenciales, el dueño del restaurante llamó la atención de dichos individuos porque estaban fumando en el local, invitándoles a apagar los cigarrillos, haciendo caso omiso a la petición. Volvió a pedírselo por segunda vez y obtuvo la misma rspuesta. A la tercera, y visto que las cosas empezaban a ponerse complicadas, el propietario le exigió a uno de ellos que se marchara del bar y que no volviera nunca.
Justo en ese momento, otro de los individuos se acercó al hostelero por detrás y le arreó un fuerte puñetazo en la cara, quedando aturdido y sorprendido por la violenta reacción. Inmediatamente, tres clientes del bar amigos del propietario reaccionaron y le propinaron una paliza al individuo que había atacado primero, produciéndole heridas en la mano y en la cara.
La intervención de la Policía Nacional, que desplegó un fuerte dispositivo en la inmediaciones del restaurante, impidió que la situación fuera a más.
El propietario de La Olivilla, que en ningún momento participó en la pelea después de recibir el puñetazo, cree que este tipo de situaciones pueden repetirse en su bar o en otros ya que algunos clientes, sobre todo como el caso que nos ocupa, en el que los individuos protagonistas mostraban evidentes signos de haber bebido bastante, se resisten a cumplir la normativa contra el tabaco, se ponen chulos y terminan teniendo una excusa para armar bronca.
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