ETA roba material informático mientras se espera un próximo anuncio de tregua
Los etarras entregaron una lista para hacerse con tarjetas de crédito y otras de acceso a lugares restringidos
D.M./J.P. / MADRID
Día 22/12/2010 - 10.07h
Nunca hasta ahora ETA había cometido un robo de estas características. El pasado lunes tres miembros de la banda terrorista sustrajeron 6.000 tarjetas magnéticas y de crédito en blanco, así como varios programas informáticos, en una empresa especializada próxima a Lyon. Esta sustracción, que se produce en espera de un comunicado en el que la organización criminal podría anunciar una tregua verificable, ha causado gran sorpresa en medios de la lucha antiterrorista porque, de momento, no se tiene conocimiento de que la banda sepa manipular estas tarjetas, actividad, por el contrario, muy habitual entre las bandas albanokosovares.
El robo se produjo el pasado lunes. Tres individuos, que se identificaron como miembros de ETA, irrumpieron en la empresa Impuls-France, situada en localidad de Romans-sur-Isère, en el sudeste de Francia. Los asaltantes, que iban encapuchados, se identificaron desde el primer momento como miembros de la banda. Los autores del asalto, dos hombres y una mujer, fueron a tiro hecho. Nada más entrar a punta de pistola en la empresa se dirigieron al único empleado que se encontraba en ese momento y le entregaron un papel en el que figuraba un listado con los productos que querían. De esta forma, los etarras se hicieron con varios programas informáticos (Card Fire, Asure Id, Nice Label y Cod Soft), seis impresoras y 6.000 tarjetas blancas de PVC, formato tarjeta de crédito con bandas magnéticas.
El empleado declaró a la Policía que los malhechores hablaban francés con acento español, circunstancia que identificó sin duda alguna porque suele veranear en nuestro país. Una vez conseguido el botín, los dos hombres y la mujer se dieron a la fuga en un vehículo de la empresa y dejaron al empleado maniatado. Horas después apareció un coche calcinado y no se descarta que sea el empleado en la huida.
Todos estos factores forman parte del habitual «modus operandi» de la banda, por lo que los investigadores desde un primer momento atribuyeron el asalto a ETA, pese a que la banda nunca había robado material informático y tarjetas magnéticas y de crédito para luego manipularlas.
ETA, que en su declaración de tregua del pasado septiembre ya advirtió que se reservaba la capacidad de aprovisionamiento, sustrajo a principios de la pasada semana un Ford Focusa de color gris y matriculado en 2005 cerca de Limoges. Los terroristas llegaron al lugar en una furgoneta Kangoo, también gris. Este sustracción se suma a otras cuatro registradas en el últimos meses.
Además del robo en sí, el golpe de ETA dado en la empresa Impuls-France abre una importante línea de investigación para los especialistas en la lucha contra la banda, ya que se trata de averiguar de qué forma podría proceder a manipularlas para su posterior uso, que también se desconoce. Al margen de los soportes destinados a hacer tarjetas de crédito, entre lo robado figura material para confeccionar tarjetas de seguridad de acceso a lugares restringidos. Los especialistas se preguntan por qué ETA ha querido hacerse con este último producto, ya que para activar la banda magnética, en principio, es preciso la intervención de la propia empresa donde se vaya a utilizar.
La compañía asaltada, que tiene oficinas en España, está especializada en el desarrollo de servicios para la identificación de personas y productos, en aplicaciones de control de accesos y en sistemas electrónicos relacionados con la seguridad.
Este golpe armado de ETA se produce cuando la «izquierda abertzale» y los «mediadores internacionales» le están apremiando para que anuncie un alto el fuego «totalmente verificable» y ajustado a los principios Mitchell, que descartan cualquier tipo de violencia en un proceso de negociación. Con este robo, ETA habría advertido a Batasuna y a sus socios que es ella la que impone el calendario.
Los etarras entregaron una lista para hacerse con tarjetas de crédito y otras de acceso a lugares restringidos
D.M./J.P. / MADRID
Día 22/12/2010 - 10.07h
Nunca hasta ahora ETA había cometido un robo de estas características. El pasado lunes tres miembros de la banda terrorista sustrajeron 6.000 tarjetas magnéticas y de crédito en blanco, así como varios programas informáticos, en una empresa especializada próxima a Lyon. Esta sustracción, que se produce en espera de un comunicado en el que la organización criminal podría anunciar una tregua verificable, ha causado gran sorpresa en medios de la lucha antiterrorista porque, de momento, no se tiene conocimiento de que la banda sepa manipular estas tarjetas, actividad, por el contrario, muy habitual entre las bandas albanokosovares.
El robo se produjo el pasado lunes. Tres individuos, que se identificaron como miembros de ETA, irrumpieron en la empresa Impuls-France, situada en localidad de Romans-sur-Isère, en el sudeste de Francia. Los asaltantes, que iban encapuchados, se identificaron desde el primer momento como miembros de la banda. Los autores del asalto, dos hombres y una mujer, fueron a tiro hecho. Nada más entrar a punta de pistola en la empresa se dirigieron al único empleado que se encontraba en ese momento y le entregaron un papel en el que figuraba un listado con los productos que querían. De esta forma, los etarras se hicieron con varios programas informáticos (Card Fire, Asure Id, Nice Label y Cod Soft), seis impresoras y 6.000 tarjetas blancas de PVC, formato tarjeta de crédito con bandas magnéticas.
El empleado declaró a la Policía que los malhechores hablaban francés con acento español, circunstancia que identificó sin duda alguna porque suele veranear en nuestro país. Una vez conseguido el botín, los dos hombres y la mujer se dieron a la fuga en un vehículo de la empresa y dejaron al empleado maniatado. Horas después apareció un coche calcinado y no se descarta que sea el empleado en la huida.
Todos estos factores forman parte del habitual «modus operandi» de la banda, por lo que los investigadores desde un primer momento atribuyeron el asalto a ETA, pese a que la banda nunca había robado material informático y tarjetas magnéticas y de crédito para luego manipularlas.
ETA, que en su declaración de tregua del pasado septiembre ya advirtió que se reservaba la capacidad de aprovisionamiento, sustrajo a principios de la pasada semana un Ford Focusa de color gris y matriculado en 2005 cerca de Limoges. Los terroristas llegaron al lugar en una furgoneta Kangoo, también gris. Este sustracción se suma a otras cuatro registradas en el últimos meses.
Además del robo en sí, el golpe de ETA dado en la empresa Impuls-France abre una importante línea de investigación para los especialistas en la lucha contra la banda, ya que se trata de averiguar de qué forma podría proceder a manipularlas para su posterior uso, que también se desconoce. Al margen de los soportes destinados a hacer tarjetas de crédito, entre lo robado figura material para confeccionar tarjetas de seguridad de acceso a lugares restringidos. Los especialistas se preguntan por qué ETA ha querido hacerse con este último producto, ya que para activar la banda magnética, en principio, es preciso la intervención de la propia empresa donde se vaya a utilizar.
La compañía asaltada, que tiene oficinas en España, está especializada en el desarrollo de servicios para la identificación de personas y productos, en aplicaciones de control de accesos y en sistemas electrónicos relacionados con la seguridad.
Este golpe armado de ETA se produce cuando la «izquierda abertzale» y los «mediadores internacionales» le están apremiando para que anuncie un alto el fuego «totalmente verificable» y ajustado a los principios Mitchell, que descartan cualquier tipo de violencia en un proceso de negociación. Con este robo, ETA habría advertido a Batasuna y a sus socios que es ella la que impone el calendario.