Hacia la huelga salvaje: sabotajes en los vehículos de la Guardia Civil de Tráfico
El mecanismo de acción y reacción comenzado a mediados de este año con el detonante del sistema de retribución variable en el que se primaba más multar que asistir a los conductores ha desencadenado una escalada sorda cuya escasa repercusión mediática esconde el total desnortamiento de nuestros gobernantes cuando lo que está en juego es el dinero que hay que sacar al ciudadano, en este caso por las multas, auténtico impuesto circulatorio que deja anualmente al conjunto de las administraciones una bonita cifra cercana a los 2.000 millones de euros, de los que una cuarta parte corresponde a la DGT.
Así, al sistema de puntos para la fijación del complemento siguió una huelga de bolis caídos, que fue respondida con reconvenciones, advertencias y hasta ruegos, (así lo hizo el propio Rubalcaba), para que no decayera la recaudación. Luego vinieron los expedientes aislados y las represalias laborales, a lo que se respondió con un recrudecimiento de la huelga. Ahora, ante el plan de la DGT (instrumentado a través de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) para castigar sistemáticamente a los más díscolos, se han creado las cajas de resistencia y han comenzado los sabotajes a vehículos (sobre todos motocicletas) del parque móvil. En ciertos destacamentos, según ha podido saber El Antirradar, hasta más de la mitad de las motos han sufrido daños que, aunque de poca gravedad, han impedido completamente su operatividad.
El Gobierno reconoce oficialmente sólo 24 casos en los que la menor recaudación ha supuesto la retirada del complemento de productividad (todos ellos han sido recurridos o van a serlo en fechas próximas, pero tendrán que ser finalmente los Tribunales quienes se pronuncien, lo que puede suponer una demora de entre uno y dos años), pero El Antirradar ha podido conocer el plan de la DGT para castigar a los más díscolos.
El organismo que dirige Pere Navarro, que maneja el presupuesto operativo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, a través de la partida correspondiente a “Seguridad Vial” (ese por el que se nos dice que todo lo recaudado por multas es para mejorar nuestra seguridad en carretera, en el que se incluyen desde los complementos de productividad hasta los folios y los bolígrafos del personal administrativo) tiene ya elaborada su respuesta.
Ha señalado las 12 Agrupaciones de Tráfico más activas en la huelga de bolis caídos y elegirá en cada una de ellas a cuatro guardias cada mes a quienes se le retirará el complemento de productividad por no poner multas (pese que se niegue una y otra vez, por activa y por pasiva, que no se premia por multar). En total, entre 30 y 40 guardias al mes se quedarán sin un complemento que supone alrededor de 240 euros en la nómina. El ahorro para las arcas de la DGT no parece significativo, apenas 10.000 euros al mes frente a los 80 millones de descenso en la recaudación por la huelga, pero supone aproximadamente un 15% de los ingresos mensuales de un guardia de tráfico, igual de afectado por la crisis que el resto de los españolitos de a pie.
Las cajas de resistencia, destinadas a rebajar el impacto en las economías familiares de los guardias, están ya en funcionamiento, como adelantamos el pasado 24 de octubre. Y los sabotajes, a mi entender, no van a tardar en generalizarse. El conflicto se agrava y recrudece y, lo que es peor, se enquista. Queda por ver la respuesta mediática del Gobierno; y mucho me temo que no será suave.
http://www.elantirradar.com/Entrada...40/Defau.aspx
El mecanismo de acción y reacción comenzado a mediados de este año con el detonante del sistema de retribución variable en el que se primaba más multar que asistir a los conductores ha desencadenado una escalada sorda cuya escasa repercusión mediática esconde el total desnortamiento de nuestros gobernantes cuando lo que está en juego es el dinero que hay que sacar al ciudadano, en este caso por las multas, auténtico impuesto circulatorio que deja anualmente al conjunto de las administraciones una bonita cifra cercana a los 2.000 millones de euros, de los que una cuarta parte corresponde a la DGT.
Así, al sistema de puntos para la fijación del complemento siguió una huelga de bolis caídos, que fue respondida con reconvenciones, advertencias y hasta ruegos, (así lo hizo el propio Rubalcaba), para que no decayera la recaudación. Luego vinieron los expedientes aislados y las represalias laborales, a lo que se respondió con un recrudecimiento de la huelga. Ahora, ante el plan de la DGT (instrumentado a través de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) para castigar sistemáticamente a los más díscolos, se han creado las cajas de resistencia y han comenzado los sabotajes a vehículos (sobre todos motocicletas) del parque móvil. En ciertos destacamentos, según ha podido saber El Antirradar, hasta más de la mitad de las motos han sufrido daños que, aunque de poca gravedad, han impedido completamente su operatividad.
El Gobierno reconoce oficialmente sólo 24 casos en los que la menor recaudación ha supuesto la retirada del complemento de productividad (todos ellos han sido recurridos o van a serlo en fechas próximas, pero tendrán que ser finalmente los Tribunales quienes se pronuncien, lo que puede suponer una demora de entre uno y dos años), pero El Antirradar ha podido conocer el plan de la DGT para castigar a los más díscolos.
El organismo que dirige Pere Navarro, que maneja el presupuesto operativo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, a través de la partida correspondiente a “Seguridad Vial” (ese por el que se nos dice que todo lo recaudado por multas es para mejorar nuestra seguridad en carretera, en el que se incluyen desde los complementos de productividad hasta los folios y los bolígrafos del personal administrativo) tiene ya elaborada su respuesta.
Ha señalado las 12 Agrupaciones de Tráfico más activas en la huelga de bolis caídos y elegirá en cada una de ellas a cuatro guardias cada mes a quienes se le retirará el complemento de productividad por no poner multas (pese que se niegue una y otra vez, por activa y por pasiva, que no se premia por multar). En total, entre 30 y 40 guardias al mes se quedarán sin un complemento que supone alrededor de 240 euros en la nómina. El ahorro para las arcas de la DGT no parece significativo, apenas 10.000 euros al mes frente a los 80 millones de descenso en la recaudación por la huelga, pero supone aproximadamente un 15% de los ingresos mensuales de un guardia de tráfico, igual de afectado por la crisis que el resto de los españolitos de a pie.
Las cajas de resistencia, destinadas a rebajar el impacto en las economías familiares de los guardias, están ya en funcionamiento, como adelantamos el pasado 24 de octubre. Y los sabotajes, a mi entender, no van a tardar en generalizarse. El conflicto se agrava y recrudece y, lo que es peor, se enquista. Queda por ver la respuesta mediática del Gobierno; y mucho me temo que no será suave.
http://www.elantirradar.com/Entrada...40/Defau.aspx