Un ladrón intenta estrellar un coche contra el helicóptero de la Guardia Civil
Dos ladrones fueron detenidos en Llíria tras una espectacular persecución por tierra y aire en la que participaron cuatro patrullas y el helicóptero de la Guardia Civil. Uno de los delincuentes intentó incluso estrellar el coche robado que conducía contra la aeronave que le cerró el paso en una carretera comarcal, pero no logró su propósito porque el piloto levantó el vuelo en el último momento.
Los hechos ocurrieron sobre las doce del mediodía de ayer. El Centro de Operaciones y Servicios (COS) de la Guardia Civil trasmitió una requisitoria a las patrullas que se encontraban de servicio en la comarca del Camp de Túria. La orden era interceptar e identificar a dos presuntos ladrones que circulaban en una furgoneta Renault Kangoo.
Al parecer, los sospechosos estaban implicados en un robo. El helicóptero de la Guardia Civil localizó el vehículo en la carretera que une Pedralba con Llíria. La aeronave siguió desde el aire al turismo y comunicó su recorrido al resto de patrullas. A pocos kilómetros de Llíria, el helicóptero descendió hasta escasos centímetros de la carretera -pero sin aterrizar- con los prioritarios encendidos para cortar el paso a los fugitivos.
La intención no era otra que evitar que los delincuentes llegaran hasta Llíria, donde podían causar un accidente por su conducción temeraria. Pero los individuos no se amilanaron, y lejos de detenerse, apretaron a fondo el acelerador en sendos coches. Primero pasó un Ford Escort y luego la furgoneta Renault Kangoo. Otro conductor fue testigo de la maniobra suicida del primero de los delincuentes. El piloto del helicóptero tuvo que levantar el vuelo para evitar la colisión.
La persecución continuó por el aire a una distancia prudencial hasta las calles de Llíria. Allí se unieron cuatro patrullas de la Guardia Civil y una de la Policía Local. Los fugitivos abandonaron los vehículos en el aparcamiento de un supermercado e intentaron hacerse pasar por clientes del establecimiento. Se deshicieron de sus sudaderas con capuchas y salieron a la calle, pero no lograron engañar a los guardias civiles. Ambos fueron detenidos. Los dos coches que conducían tenían sendos puentes eléctricos, un indicio de que habían sido sustraídos.
www.lasprovincias.es/v/20101.-201127.html]
Dos ladrones fueron detenidos en Llíria tras una espectacular persecución por tierra y aire en la que participaron cuatro patrullas y el helicóptero de la Guardia Civil. Uno de los delincuentes intentó incluso estrellar el coche robado que conducía contra la aeronave que le cerró el paso en una carretera comarcal, pero no logró su propósito porque el piloto levantó el vuelo en el último momento.
Los hechos ocurrieron sobre las doce del mediodía de ayer. El Centro de Operaciones y Servicios (COS) de la Guardia Civil trasmitió una requisitoria a las patrullas que se encontraban de servicio en la comarca del Camp de Túria. La orden era interceptar e identificar a dos presuntos ladrones que circulaban en una furgoneta Renault Kangoo.
Al parecer, los sospechosos estaban implicados en un robo. El helicóptero de la Guardia Civil localizó el vehículo en la carretera que une Pedralba con Llíria. La aeronave siguió desde el aire al turismo y comunicó su recorrido al resto de patrullas. A pocos kilómetros de Llíria, el helicóptero descendió hasta escasos centímetros de la carretera -pero sin aterrizar- con los prioritarios encendidos para cortar el paso a los fugitivos.
La intención no era otra que evitar que los delincuentes llegaran hasta Llíria, donde podían causar un accidente por su conducción temeraria. Pero los individuos no se amilanaron, y lejos de detenerse, apretaron a fondo el acelerador en sendos coches. Primero pasó un Ford Escort y luego la furgoneta Renault Kangoo. Otro conductor fue testigo de la maniobra suicida del primero de los delincuentes. El piloto del helicóptero tuvo que levantar el vuelo para evitar la colisión.
La persecución continuó por el aire a una distancia prudencial hasta las calles de Llíria. Allí se unieron cuatro patrullas de la Guardia Civil y una de la Policía Local. Los fugitivos abandonaron los vehículos en el aparcamiento de un supermercado e intentaron hacerse pasar por clientes del establecimiento. Se deshicieron de sus sudaderas con capuchas y salieron a la calle, pero no lograron engañar a los guardias civiles. Ambos fueron detenidos. Los dos coches que conducían tenían sendos puentes eléctricos, un indicio de que habían sido sustraídos.
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