Sesenta y tres vidas arrebatadas por el machismo, ¿qué falla?
No ha terminado 2010 y ya son 63 las mujeres asesinadas en España, dos de ellas en Aragón, a causa de la violencia de género, una cifra que hace inevitable plantearse cómo en el siglo XXI el machismo continúa vigente en un país democrático y en el mundo es la principal causa de muerte entre las féminas de entre 15 y 44 años.
¿Qué falla para que un hombre de 34 años mate a su mujer, de 32, y deje a dos niños huérfanos de madre como ocurrió el pasado viernes en Tenerife? o ¿por qué un joven de 21 años asesina y echa a un contenedor a su novia de 16, como en la localidad madrileña de Leganés?.
A juicio del delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, "más que un fallo, lo que ocurre es que lo que está funcionando no ha llegado todavía a todos los sitios".
En este sentido, indica a EFE que este año las víctimas son más mayores, la mayoría no habían denunciado -sólo 15 de las 63 lo habían hecho y dos de ellas retiraron la denuncia posteriormente- y más del sesenta por ciento convivía con su agresor. Además, se ha incrementado el número de mujeres inmigrantes asesinadas, que constituyen el 38,1 por ciento del total.
"No es una justificación, simplemente estamos detectando que hay que impulsar medidas de concienciación para llegar a esos sectores", agrega Lorente.
No obstante, subraya que el "déficit más significativo" es el de la sociedad que justifica determinadas conductas violentas y que permiten que el hombre siga manteniendo una posición de poder.
Murillo opina que las víctimas de violencia de género son muy diferentes a otras víctimas porque "se sienten culpables, sienten vergüenza" por recibir los golpes y en muchas ocasiones quieren rehabilitar a su agresor.
Además, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género constata que hay mujeres que no quieren separarse de su pareja por una serie de elementos culturales que dan sentido a la situación que padecen sin darse cuenta de que la denuncia es una vía "para estar en paz".
En ocasiones, muchas mujeres no saben cómo las instituciones van a resolver el problema, continúa Lorente, mientras que Soledad Murillo estima necesario que se incrementen las campañas contra los malos tratos para que haya tantas como las hay de tráfico y que se enfoquen "no desde el golpe" sino desde lo que debe ser una relación sentimental sana.
No ha terminado 2010 y ya son 63 las mujeres asesinadas en España, dos de ellas en Aragón, a causa de la violencia de género, una cifra que hace inevitable plantearse cómo en el siglo XXI el machismo continúa vigente en un país democrático y en el mundo es la principal causa de muerte entre las féminas de entre 15 y 44 años.
¿Qué falla para que un hombre de 34 años mate a su mujer, de 32, y deje a dos niños huérfanos de madre como ocurrió el pasado viernes en Tenerife? o ¿por qué un joven de 21 años asesina y echa a un contenedor a su novia de 16, como en la localidad madrileña de Leganés?.
A juicio del delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, "más que un fallo, lo que ocurre es que lo que está funcionando no ha llegado todavía a todos los sitios".
En este sentido, indica a EFE que este año las víctimas son más mayores, la mayoría no habían denunciado -sólo 15 de las 63 lo habían hecho y dos de ellas retiraron la denuncia posteriormente- y más del sesenta por ciento convivía con su agresor. Además, se ha incrementado el número de mujeres inmigrantes asesinadas, que constituyen el 38,1 por ciento del total.
"No es una justificación, simplemente estamos detectando que hay que impulsar medidas de concienciación para llegar a esos sectores", agrega Lorente.
No obstante, subraya que el "déficit más significativo" es el de la sociedad que justifica determinadas conductas violentas y que permiten que el hombre siga manteniendo una posición de poder.
Murillo opina que las víctimas de violencia de género son muy diferentes a otras víctimas porque "se sienten culpables, sienten vergüenza" por recibir los golpes y en muchas ocasiones quieren rehabilitar a su agresor.
Además, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género constata que hay mujeres que no quieren separarse de su pareja por una serie de elementos culturales que dan sentido a la situación que padecen sin darse cuenta de que la denuncia es una vía "para estar en paz".
En ocasiones, muchas mujeres no saben cómo las instituciones van a resolver el problema, continúa Lorente, mientras que Soledad Murillo estima necesario que se incrementen las campañas contra los malos tratos para que haya tantas como las hay de tráfico y que se enfoquen "no desde el golpe" sino desde lo que debe ser una relación sentimental sana.