José Cavero - Otegi rechaza pero no condena la violencia de ETA
18.10.10 | 12:20. Archivado en José Cavero
MADRID, 17 (OTR/PRESS)
El líder de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi considera que el recurso a la violencia armada es incompatible con la estrategia independentista. En sus respuestas a un extenso cuestionario que le remitió El País, Otegi rechaza la violencia como instrumento de presión política; pide a ETA que declare un alto al fuego "unilateral, permanente y verificable"; rechaza la extorsión a los empresarios vascos; se desmarca de la kale borroka y expresa su convicción de que para lograr el objetivo de la independencia vasca sólo existe un camino "irreversible": el de la paz y la democracia. "Las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca". Y en caso de atentado de ETA, afirma que la izquierda abertzale se opondría, pero no habla de condena.
Dice, entre otras cosas, el líder abertzale: "Las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca"; Si ETA matara mañana, ¿Batasuna lo condenaría? "Si tales hechos sucedieran, la izquierda "abertzale" se opondría"; ¿Qué le diría a la dirección de ETA? "Que decrete una tregua unilateral, permanente y verificable"; ¿Y el "impuesto revolucionario"? "Son hechos que deben desaparecer. Nadie puede ser indiferente". "Coincidimos con ETA solamente en los objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo". "La liberación de los presos sólo es posible en un escenario de fin definitivo de la lucha armada de ETA". "Nuestra posición respecto a una solución pacífica y democrática del conflicto es irreversible"...
El dirigente abertzale contesta desde la cárcel de Navalcarnero (Madrid), donde está preso desde el 16 de octubre de 2009, imputado por intentar reorganizar la cúpula directiva de la ilegalizada Batasuna. Afirma que el atentado de ETA en la Terminal 4 de Barajas que acabó con la vida de dos personas -y a su vez con el proceso de negociaciones iniciado con el Gobierno en 2006-, le provocó "angustia y decepción". Pero al mismo tiempo, se niega a contestar la pregunta que le ofrece la posibilidad de hacer una condena retrospectiva al terrorismo de ETA, como tampoco responde cuando se le interpela por el dirigente etarra Josu Ternera o al ser interrogado sobre sus antiguos cometidos en ETA.
De las 52 preguntas formuladas, responde a 46 revela El País. Y en sus contestaciones explica que el movimiento que lidera ha vivido un proceso de "maduración" y que si se hubiera llegado con anterioridad a la posición actual de rechazo unilateral de la violencia, sin precondiciones, es "muy probable" que "el proceso de paz" iniciado en 2006 no hubiera fracasado. En esta línea, sostiene: "La decisión (de ETA) de suspensión temporal o definitiva de su lucha armada no debe ni puede estar sujeta a la existencia de acuerdos de naturaleza política". En la entrevista, Otegi admite haber "influido" en decisiones de la banda "que permitan abrir una nueva fase con la desaparición de la violencia política y la consolidación de un escenario de diálogo y negociación hacia soluciones definitivas". "Nuestra coincidencia con ETA", agrega, "se limita exclusivamente a compartir objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo para Euskal Herria".
Otegi, que considera su estancia en la cárcel como una cuestión no judicial sino de "persecución", opina que tanto el PSOE como el PP están en contra de la participación de la izquierda abertzale en las elecciones del País Vasco, el año que viene, para impedir la llegada al poder "de un bloque popular mayoritario" nacionalista. Otegi se compara al IRA irlandés: "Mi posición y la del conjunto de la izquierda abertzale ha sido la consecuencia lógica de entender que la existencia y persistencia de la violencia política en nuestro país obedece a razones de estricta naturaleza política. Sin querer de ningún modo trazar paralelismos, en términos absolutos nuestra posición ha sido similar a la mantenida durante décadas por el Sinn Féin en Irlanda o por el propio Nelson Mandela en Sudáfrica. Lo que ha caracterizado a nuestra posición en este tema ha sido la insistencia en la necesidad de superación definitiva de la violencia y el conflicto político a través del diálogo y la negociación. Nuestro compromiso ha sido y es sincero: las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca".
18.10.10 | 12:20. Archivado en José Cavero
MADRID, 17 (OTR/PRESS)
El líder de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi considera que el recurso a la violencia armada es incompatible con la estrategia independentista. En sus respuestas a un extenso cuestionario que le remitió El País, Otegi rechaza la violencia como instrumento de presión política; pide a ETA que declare un alto al fuego "unilateral, permanente y verificable"; rechaza la extorsión a los empresarios vascos; se desmarca de la kale borroka y expresa su convicción de que para lograr el objetivo de la independencia vasca sólo existe un camino "irreversible": el de la paz y la democracia. "Las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca". Y en caso de atentado de ETA, afirma que la izquierda abertzale se opondría, pero no habla de condena.
Dice, entre otras cosas, el líder abertzale: "Las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca"; Si ETA matara mañana, ¿Batasuna lo condenaría? "Si tales hechos sucedieran, la izquierda "abertzale" se opondría"; ¿Qué le diría a la dirección de ETA? "Que decrete una tregua unilateral, permanente y verificable"; ¿Y el "impuesto revolucionario"? "Son hechos que deben desaparecer. Nadie puede ser indiferente". "Coincidimos con ETA solamente en los objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo". "La liberación de los presos sólo es posible en un escenario de fin definitivo de la lucha armada de ETA". "Nuestra posición respecto a una solución pacífica y democrática del conflicto es irreversible"...
El dirigente abertzale contesta desde la cárcel de Navalcarnero (Madrid), donde está preso desde el 16 de octubre de 2009, imputado por intentar reorganizar la cúpula directiva de la ilegalizada Batasuna. Afirma que el atentado de ETA en la Terminal 4 de Barajas que acabó con la vida de dos personas -y a su vez con el proceso de negociaciones iniciado con el Gobierno en 2006-, le provocó "angustia y decepción". Pero al mismo tiempo, se niega a contestar la pregunta que le ofrece la posibilidad de hacer una condena retrospectiva al terrorismo de ETA, como tampoco responde cuando se le interpela por el dirigente etarra Josu Ternera o al ser interrogado sobre sus antiguos cometidos en ETA.
De las 52 preguntas formuladas, responde a 46 revela El País. Y en sus contestaciones explica que el movimiento que lidera ha vivido un proceso de "maduración" y que si se hubiera llegado con anterioridad a la posición actual de rechazo unilateral de la violencia, sin precondiciones, es "muy probable" que "el proceso de paz" iniciado en 2006 no hubiera fracasado. En esta línea, sostiene: "La decisión (de ETA) de suspensión temporal o definitiva de su lucha armada no debe ni puede estar sujeta a la existencia de acuerdos de naturaleza política". En la entrevista, Otegi admite haber "influido" en decisiones de la banda "que permitan abrir una nueva fase con la desaparición de la violencia política y la consolidación de un escenario de diálogo y negociación hacia soluciones definitivas". "Nuestra coincidencia con ETA", agrega, "se limita exclusivamente a compartir objetivos estratégicos: la independencia y el socialismo para Euskal Herria".
Otegi, que considera su estancia en la cárcel como una cuestión no judicial sino de "persecución", opina que tanto el PSOE como el PP están en contra de la participación de la izquierda abertzale en las elecciones del País Vasco, el año que viene, para impedir la llegada al poder "de un bloque popular mayoritario" nacionalista. Otegi se compara al IRA irlandés: "Mi posición y la del conjunto de la izquierda abertzale ha sido la consecuencia lógica de entender que la existencia y persistencia de la violencia política en nuestro país obedece a razones de estricta naturaleza política. Sin querer de ningún modo trazar paralelismos, en términos absolutos nuestra posición ha sido similar a la mantenida durante décadas por el Sinn Féin en Irlanda o por el propio Nelson Mandela en Sudáfrica. Lo que ha caracterizado a nuestra posición en este tema ha sido la insistencia en la necesidad de superación definitiva de la violencia y el conflicto político a través del diálogo y la negociación. Nuestro compromiso ha sido y es sincero: las armas, todas las armas, deben desaparecer definitivamente de la ecuación política vasca".