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Lo que pueden y quieren negociar el Gobierno central y los sindicatos
El presidente del Ejecutivo ha comentado que escuchará a quienes planteen fórmulas distintas a la ampliación de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.
Pilar Cernuda - Madrid | 03/10/2010
Un momento de la manifestación que convocó el 29-S en Madrid el sindicato CGT con motivo de la huelga general. / Efe
El presidente del Ejecutivo anunció el viernes que su Gabinete negociará con UGT y CCOO una vez que nombre al nuevo ministro de Trabajo, y sus declaraciones dieron pie a que los que denunciaban que existía una hoja de ruta entre sindicatos y Gobierno relacionada con la reforma laboral, se sienten cargados de razón, aunque desde las dos partes se insista en que es mentira: los primeros dicen sentirse engañados por Zapatero, y Moncloa se queja de ser maltratada por unos agentes que han convocado una huelga general a un presidente que siempre les ha tratado con guante blanco.
Sin embargo, el mismo día del paro, al llegar al Congreso, el político leonés reiteró su disposición a negociar; y el 30-S, De la Vega insistía en la disposición a dialogar, como dijo en una entrevista en la que coincidió con Cándido Méndez; al día siguiente de la convocatoria de los sindicatos, la vicepresidenta y portavoz volvió a decir que el Gobierno tenía la mano tendida. Lo que significa que pueden producirse algunas modificaciones en las medidas económicas inducidas por la UE que Zapatero tuvo que presentar al Parlamento. El problema es que por haber superado ya el trámite cameral, queda poco que negociar.
Pero se trata de un campo muy relevante: las pensiones. Y un segundo capítulo del que también pueden sacar provecho los sindicatos: el reglamento. Estos días se ha recordado a famosa frase atribuida a Romanones: Hagan la ley y déjenme el reglamento.
Respecto a las jubilaciones, el propio Zapatero comentó que está dispuesto a escuchar a quienes planteen fórmulas distintas a la ampliación de la edad de retiro a los 67 años.
cotización. Otro de los aspectos que los representantes de los trabajadores pretenden que cambie Moncloa es el cálculo de la cotización: frente a los 15 actuales, que el Ejecutivo pretende ampliar hasta los 20 ó incluso los 25, UGT y CCOO van a poner sobre la mesa la posibilidad de aceptar una ampliación, pero de manera que los trabajadores elijan los años sobre los que se aplica.
Es más difícil en cambio que el Gobierno dé marcha atrás en la congelación de las pensiones, no solo porque se ha aprobado en el Parlamento, sino porque se ha empezado a aplicar en algunos sectores desde junio. Pero al verse el Gabinete solo frente al mundo, sin un solo partido que apoye la congelación, y por supuesto sin el respaldo sindical, creen en UGT y CCOO que podría encontrarse una fórmula que permitiera salvar la congelación, teniendo en cuenta que para dar marcha atrás en ese punto el Ejecutivo tendría el apoyo de toda la Cámara.
La gente de Toxo y Méndez explican, por ejemplo, que aunque la norma haya pasado el trámite congresual queda por delante la negociación colectiva, en la que deben empeñarse sindicatos y Gobierno. Y entonces habrá que escuchar las propuestas de la CEOE, organismo que no atraviesa su mejor momento porque su presidente es cuestionado ya por algunos de los vicepresidentes que hasta ahora la apoyaban. Mañana se celebrará una reunión de la veintena de vicepresidentes para abordar el problema de su posible cese. Si se concreta el relevo, es posible que quiera entrar con buen pie mostrando un rostro dialogante, que es lo que esperan los sindicatos. Pero temen también que suceda lo contrario: que por hacer amigos entre los hombres de negocios, presente su rostro más inflexible, que al igual que los trabajadores están sufriendo mucho con la crisis.
Despidos
Dentro del reglamento de la reforma laboral, el punto en el que todos quieren llegar a pactos es en el relacionado con los despidos. Zapatero ha apretado mucho las tuercas al reducir los días por año trabajado que marcan la indemnización y, sobre todo, al abrir la puerta al cese si la empresa prevé pérdidas, lo que según los sindicatos equivale a admitir el despido libre, porque prever no significa que la compañía esté en crisis. Concretar cómo se miden esas previsiones podría ser uno de los aspectos en los que se centrarían las negociaciones futuras, pero eso significaría una corrección profunda a las medidas presentadas desde Moncloa.
Entre los sindicatos se advierte cierto optimismo respecto a las negociaciones con el Gobierno; mientras que en la otra orilla existe muchísima más cautela. Pero quieren negociar.
El presidente del Ejecutivo ha comentado que escuchará a quienes planteen fórmulas distintas a la ampliación de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.
Pilar Cernuda - Madrid | 03/10/2010
Un momento de la manifestación que convocó el 29-S en Madrid el sindicato CGT con motivo de la huelga general. / Efe
El presidente del Ejecutivo anunció el viernes que su Gabinete negociará con UGT y CCOO una vez que nombre al nuevo ministro de Trabajo, y sus declaraciones dieron pie a que los que denunciaban que existía una hoja de ruta entre sindicatos y Gobierno relacionada con la reforma laboral, se sienten cargados de razón, aunque desde las dos partes se insista en que es mentira: los primeros dicen sentirse engañados por Zapatero, y Moncloa se queja de ser maltratada por unos agentes que han convocado una huelga general a un presidente que siempre les ha tratado con guante blanco.
Sin embargo, el mismo día del paro, al llegar al Congreso, el político leonés reiteró su disposición a negociar; y el 30-S, De la Vega insistía en la disposición a dialogar, como dijo en una entrevista en la que coincidió con Cándido Méndez; al día siguiente de la convocatoria de los sindicatos, la vicepresidenta y portavoz volvió a decir que el Gobierno tenía la mano tendida. Lo que significa que pueden producirse algunas modificaciones en las medidas económicas inducidas por la UE que Zapatero tuvo que presentar al Parlamento. El problema es que por haber superado ya el trámite cameral, queda poco que negociar.
Pero se trata de un campo muy relevante: las pensiones. Y un segundo capítulo del que también pueden sacar provecho los sindicatos: el reglamento. Estos días se ha recordado a famosa frase atribuida a Romanones: Hagan la ley y déjenme el reglamento.
Respecto a las jubilaciones, el propio Zapatero comentó que está dispuesto a escuchar a quienes planteen fórmulas distintas a la ampliación de la edad de retiro a los 67 años.
cotización. Otro de los aspectos que los representantes de los trabajadores pretenden que cambie Moncloa es el cálculo de la cotización: frente a los 15 actuales, que el Ejecutivo pretende ampliar hasta los 20 ó incluso los 25, UGT y CCOO van a poner sobre la mesa la posibilidad de aceptar una ampliación, pero de manera que los trabajadores elijan los años sobre los que se aplica.
Es más difícil en cambio que el Gobierno dé marcha atrás en la congelación de las pensiones, no solo porque se ha aprobado en el Parlamento, sino porque se ha empezado a aplicar en algunos sectores desde junio. Pero al verse el Gabinete solo frente al mundo, sin un solo partido que apoye la congelación, y por supuesto sin el respaldo sindical, creen en UGT y CCOO que podría encontrarse una fórmula que permitiera salvar la congelación, teniendo en cuenta que para dar marcha atrás en ese punto el Ejecutivo tendría el apoyo de toda la Cámara.
La gente de Toxo y Méndez explican, por ejemplo, que aunque la norma haya pasado el trámite congresual queda por delante la negociación colectiva, en la que deben empeñarse sindicatos y Gobierno. Y entonces habrá que escuchar las propuestas de la CEOE, organismo que no atraviesa su mejor momento porque su presidente es cuestionado ya por algunos de los vicepresidentes que hasta ahora la apoyaban. Mañana se celebrará una reunión de la veintena de vicepresidentes para abordar el problema de su posible cese. Si se concreta el relevo, es posible que quiera entrar con buen pie mostrando un rostro dialogante, que es lo que esperan los sindicatos. Pero temen también que suceda lo contrario: que por hacer amigos entre los hombres de negocios, presente su rostro más inflexible, que al igual que los trabajadores están sufriendo mucho con la crisis.
Despidos
Dentro del reglamento de la reforma laboral, el punto en el que todos quieren llegar a pactos es en el relacionado con los despidos. Zapatero ha apretado mucho las tuercas al reducir los días por año trabajado que marcan la indemnización y, sobre todo, al abrir la puerta al cese si la empresa prevé pérdidas, lo que según los sindicatos equivale a admitir el despido libre, porque prever no significa que la compañía esté en crisis. Concretar cómo se miden esas previsiones podría ser uno de los aspectos en los que se centrarían las negociaciones futuras, pero eso significaría una corrección profunda a las medidas presentadas desde Moncloa.
Entre los sindicatos se advierte cierto optimismo respecto a las negociaciones con el Gobierno; mientras que en la otra orilla existe muchísima más cautela. Pero quieren negociar.
