de F.P.P.
En situaciones de crisis, seguir estos pasos puede resultarnos de ayuda:
Definir el Problema
Algunas crisis personales tiene que ver con incidentes específicos, como una separación o la persona que ha sido víctima de un delito. A menudo, sin embargo, las situaciones de crisis se producen por la acumulación de estresores. En estas ocasiones, la persona puede no tener claro qué fue lo que le llevó exactamente a un estado de crisis. Esta confusión suele sumarse a la ansiedad y al sentirse desbordado, lo que puede llevar al pánico y al abatimiento en un círculo vicioso.
Así nuestra primera tarea consiste en ayudar al sujeto a clarificar sus ideas sobre qué fue lo que le condujo exactamente a la crisis. Para conseguir esto tal vez debamos hacer al sujeto una serie de preguntas centradas y clarificadoras. ¿Qué siente el sujeto? ¿Qué le llevó a la crisis? ¿Qué aspectos de la situación considera que no puede controlar? ¿Sobre qué tiene control?
Garantizar la Seguridad
El objetivo de la intervención en crisis es estabilizar para posterior tratamiento. Debemos asegurarnos de que la persona permanece con vida y/o que no es un peligro para terceras personas. Asumamos que, si es el sujeto quien a contactado con nosotros o desea hablar en algún momento, entonces es posible que no haya tomado una decisión irrevocable sobre hacerse o hacer daño a otros. El trabajo policial será emplear este espacio para animar al sujeto a que dé pasos que le alejen más de hacer o hacerse daño. Si el sujeto tiene un arma, pedirle que la entregue, la guarde o la descargue. Si se trata de un bote de pastillas pedir al sujeto que mantenga la tapa puesta. Si el sujeto se encuentra subido al tejado, pedirle que de unos pasos hacia atrás mientras tanto. La clave está en dejar que el sujeto mantenga el control suficiente como para que no le entre el pánico, pero manteniendo la seguridad suficiente mientras negociamos una solución a la crisis.
Proporcionar Apoyo
Apoyar significa “estar ahí” con el sujeto, mostrándole que estamos intentando comprender lo que ocurre. Para ello no es necesario que estemos de acuerdo con los puntos de vista de la persona. De hecho, puede incluso hasta resultar peligroso emplear una falsa empatía y conmiseración como forma de cimentar la empatía necesaria para la resolución de la crisis. Actuar así también puede remover otros problemas emocionales que tal vez tienen relación con el inicio de la crisis. Recordar siempre que el objetivo de la intervención en crisis no es la psicoterapia. Sin dejar de prestar atención a las emociones y pensamientos de la persona respecto de la situación que está viviendo, debemos tratar de centrar la conversación en resolver la crisis presente.
Evaluar Alternativas
Las personas que se encuentran en crisis suelen estar tan centradas en sus sentimientos de dolor e indefensión, que la visión de túnel les impide valorar una salida viable a su situación. Podemos ayudar al sujeto a ampliar su visión del problema y encontrar alguna solución alternativa. Esto se puede hacer de dos maneras: proporcionando apoyos prácticos y empleando mecanismos de afrontamiento.
Apoyos Prácticos: ¿Hay alguna persona, institución o recurso que se encuentren disponibles inmediatamente para ayudar al sujeto durante la crisis hasta que obtenga una atención especializada? Debemos estar seguros de que dicha ayuda no servirá para empeorar la situación hasta que llega la ayuda profesional. Los apoyos prácticos pueden venir de la mano de un familiar, amigo, sacerdote, etc. Tener cuidado de que alguna de estas personas no hayan formado parte del desarrollo de la crisis. Conviene obtener algo de información previa.
Mecanismos de Afrontamiento: Consisten en estrategias cognitivas, creencias espirituales, actividades de distracción, imágenes familiares agradables, y cualquier cosa que sirva para inyectar en el sujeto un elemento de tranquilidad y control en su estado de caos y dolor. Los sujetos que se encuentran en situación de indefensión, pueden encontrar útil recordar cómo han resuelto crisis pasadas. Ello puede mostrarles que salir adelante es posible y que el éxito se construye sobre el éxito. Sin embargo, puede ocurrir que la persona piense que esta crisis es lo peor que le ha ocurrido en la vida, con lo que hacer comparaciones con situaciones del pasado sólo aumentará su indefensión.
Elaborar un Plan
Elaborar un plan que garantice la seguridad del sujeto, termine la crisis en ese momento y asegure un seguimiento. El plan debe ser lo más concreto posible, permitiendo – en la medida en que éste lo desee – la participación del sujeto. Asegurarse de que todas las personas implicadas comprenden el plan en su totalidad. El plan debería dar respuesta, tanto a cuestiones a corto plazo (¿Dónde dormirá esta noche? ¿A qué hospital acudirá mañana? Si mañana necesita asistencia, ¿quién le llevará y lo volverá a traer a su casa?), como a largo plazo (¿A quién verá para el tratamiento de seguimiento? ¿A quién contactará para ayuda legal? ¿Quién informará que no irá a trabajar durante unos días?).
Obtener Compromiso
Cuanto más se implique el sujeto con el plan inicial, más probable será que se comprometa a seguirlo. Por supuesto, no hay manera de forzar a la persona para que se comprometa con el plan previsto, pero sí que notaremos que las personas en crisis estarán más dispuestas a llevar adelante las metas propuestas dependiendo del grado de comunicación y confianza que hayamos establecido con ellas. Siempre que sea posible, conseguir del sujeto su compromiso verbal.
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