«Cuando dices la verdad no tienes que recordarla». La frase que Anna Chapman eligió el 19 de enero para definir su estatus en Facebook se habría perdido entre los millones de actualizaciones diarias de los usuarios de la red social. Ahora, ella es una de los 11 detenidos por su supuesta participación en una trama de espionaje ruso en EEUU (aunque el undécimo, arrestado el lunes en Chipre y puesto en libertad condicional, está desde ayer en paradero desconocido). Y cabe preguntarse si Chapman no debería haber escrito algo como «cuando vives una mentira puedes llegar a convencerte de que es verdad».Los expertos en tácticas de la guerra fría andan un poco descolocados con la red desarticulada este fin de semana por el FBI (en un momento tras el que algunos ven interés republicano por dificultar la ratificación del tratado START en el Senado). Nadie se atreve por ahora a acusar directamente a los implicados de espionaje. Y hay quien asegura que parte de su misión, la de recabar información, habría sido mucho más fácil y económica para el SVR, heredero del KGB, con meros buceos en internet.
La 'femme fatale'
Lo cierto es que los detenidos en algo triunfaron: salvo los agentes del FBI que espiaron a los espías, nadie de los que los conocieron como sus alter ego americanizados sospechaba nada. Poco había que sospechar de Chapman, la pelirroja que los tabloides ven como la femme fatale de la trama, no tanto por Mata Hari del siglo XXI sino más por las fotos que colgaba en Facebook y otras redes sociales: frente a la Estatua de la Libertad y el Parlamento británico, en Times Square o en la Plaza Roja.
Se ha comprobado que Chapman infló algunas experiencias profesionales (ayer Barclays reconoció que fue empleada suya en Londres, pero menos tiempo del que decía en su currículo). Poco más. Tenía un exitoso negocio inmobiliario en internet; estaba en una asociación de emprendedores de Nueva York y un grupo de blogueros, hay gente de varias nacionalidades en su lista de 167 amigos en Facebook, y ahora hay que releer su frase de presentación: «Si puedes imaginarlo puedes lograrlo, si puedes soñarlo puedes convertirte en lo que sueñes».
Un repaso a la página en la red social rusa Vkontakte de otro arrestado, Mikhail Semenko, también da pie a reintepretaciones. Un amigo, aparentemente en broma, le escribió en el 2008: «Saludos a nuestro valiente espía tras las líneas estadounidenses. Recuerda las enseñanzas de Mao: ¡destruye la sucia economía imperialista desde dentro!».
Más allá de su presunta ciberinocencia, tanto Chapman como Semenko están acusados de haber intercambiado mensajes electrónicos con agentes rusos, o al menos de haberlo intentado. Y aunque en la documentación presentada en el tribunal de Nueva York se detallan mecanismos arcaicos que usaban los supuestos espías, hay muestras de adaptación a la era informática.
Hace 26 siglos que el tirano griego Histieo de Mileto afeitó la cabeza a un sirviente, le tatuó, esperó a que le creciera el pelo y entonces le envió como mensajero para que sus receptores le raparan de nuevo y leyeran los avisos sobre planes de ataque persas. Al menos desde el 2005, la supuesta red rusa usó la vertiente moderna de la estenografía, cifrando datos e incluyéndolos clandestinamente en páginas web de acceso público a los que se accedía apretando las teclas alt, control, e y una serie de 27 caracteres. Así se organizaron encuentros, intercambios de dinero y otra información y entregas de ordenadores portátiles.
Protagonista. Anna Chapman, en Times Square, en una imagen que tenía colgada en una red social rusa. AP
http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/20100701/espias-facebook/358711.shtml
La 'femme fatale'
Lo cierto es que los detenidos en algo triunfaron: salvo los agentes del FBI que espiaron a los espías, nadie de los que los conocieron como sus alter ego americanizados sospechaba nada. Poco había que sospechar de Chapman, la pelirroja que los tabloides ven como la femme fatale de la trama, no tanto por Mata Hari del siglo XXI sino más por las fotos que colgaba en Facebook y otras redes sociales: frente a la Estatua de la Libertad y el Parlamento británico, en Times Square o en la Plaza Roja.
Se ha comprobado que Chapman infló algunas experiencias profesionales (ayer Barclays reconoció que fue empleada suya en Londres, pero menos tiempo del que decía en su currículo). Poco más. Tenía un exitoso negocio inmobiliario en internet; estaba en una asociación de emprendedores de Nueva York y un grupo de blogueros, hay gente de varias nacionalidades en su lista de 167 amigos en Facebook, y ahora hay que releer su frase de presentación: «Si puedes imaginarlo puedes lograrlo, si puedes soñarlo puedes convertirte en lo que sueñes».
Un repaso a la página en la red social rusa Vkontakte de otro arrestado, Mikhail Semenko, también da pie a reintepretaciones. Un amigo, aparentemente en broma, le escribió en el 2008: «Saludos a nuestro valiente espía tras las líneas estadounidenses. Recuerda las enseñanzas de Mao: ¡destruye la sucia economía imperialista desde dentro!».
Más allá de su presunta ciberinocencia, tanto Chapman como Semenko están acusados de haber intercambiado mensajes electrónicos con agentes rusos, o al menos de haberlo intentado. Y aunque en la documentación presentada en el tribunal de Nueva York se detallan mecanismos arcaicos que usaban los supuestos espías, hay muestras de adaptación a la era informática.
Hace 26 siglos que el tirano griego Histieo de Mileto afeitó la cabeza a un sirviente, le tatuó, esperó a que le creciera el pelo y entonces le envió como mensajero para que sus receptores le raparan de nuevo y leyeran los avisos sobre planes de ataque persas. Al menos desde el 2005, la supuesta red rusa usó la vertiente moderna de la estenografía, cifrando datos e incluyéndolos clandestinamente en páginas web de acceso público a los que se accedía apretando las teclas alt, control, e y una serie de 27 caracteres. Así se organizaron encuentros, intercambios de dinero y otra información y entregas de ordenadores portátiles.
Protagonista. Anna Chapman, en Times Square, en una imagen que tenía colgada en una red social rusa. AP
http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/20100701/espias-facebook/358711.shtml