La federación de vigilantes afirma que solo en Galicia están a las órdenes del cabildo de las cofradías
La federación que agrupa a las asociaciones de guardas particulares de campo se solidarizó con los vigilantes de la Cofradía de Baiona, a los que el cabildo del pósito obliga a controlar en exclusiva el percebe, bajo la amenaza del despido si controlan otras especies diferentes. El colectivo denuncia que el de Baiona no es un caso aislado. Al contrario, «é un feito máis que común», señalan en un comunicado. Es más, aseguran que, a diferencia de Galicia, en otras comunidades autónomas los guardapescas marítimos no dependen de las personas a las que tienen que vigilar, en este caso los directivos de las cofradías, sino que dependen de la Administración. Eso permite que su trabajo diario tenga «un resultado eficaz no tempo, pois os recursos pesqueiros e marisqueiros están ben protexidos dos furtivos internos das confrarías, xa que para os externos si están autorizados a denunciar e elaborar todo tipo de operativos necesarios».

Esa «vinculación funcional inadecuada» influye, a juicio de los guardas de campo, muy negativamente en el desarrollo de sus labores de control y vigilancia, pues las directrices que reciben a veces chocan con la conservación de los recursos.

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